junio 28, 2007

Sobre cometas

No me gustan los silencios prolongados pero no los puedo evitar. Las personas creen que cuando te dicen algo debes contestarles cosas certeras o, en todo caso, que debes darles algún signo de aprobación. Si te quedas callado ponen cara de que no les importas un carajo y a veces es verdad pero no siempre. A veces, cuando alguien me cuenta sus broncas me parecen tan triviales que sólo puedo pensar en que tengo comezón en una nalga o en que los labios de mi interlocutora son divinamente besables; cuando es hombre en que detesto el Fútbol pero el gol de Neri Castillo fue tan hermoso como el contoneo de una dieciocho añera. En realidad no me sucede todo el tiempo, pero creo que si fuésemos un poco más francos, menos parlanchines y pretenciosos, las cosas correrían sutiles como una cometa a mediados de marzo, claro, empezando por mí. (Una cometa roja romboidal como las que hacía en la primaria, eran adorables)

junio 04, 2007

Plaqueta me da miedo

Amiga: Visité el blog de plaqueta, esa chica es muy buena. De pronto me alegró que este proyectito sea para que solamente tú lo leas. Tampoco comprendí de dónde salen tantos ánimos e ideas para seguir el paso que lleva ella, supongo que tiene que ver con el talento. Ese justo ha sido uno de mis problemas: alejarme de toda dimensión real e inmediata a la hora de escribir. Suena como parloteo y efectivamente lo es. Trato de decir que no tengo ojos (talento) para tomar las cosas al vuelo y hablarlas con la mayor naturalidad del mundo. Tampoco es que me importe demasiado que hoy hayan encarcelado a 19 militares por no sé que muertes en el norte, que asaltaran la farmacia de la esquina o que Lourdes le dijera que sí a Francisco. No sé si explique mi punto, no sé ver el enfoque único que hay en esas situaciones. Creo que como posteador de blog no voy a hacer nada. La pura y neta verdad es que me da miedo eso: no decir nada. Espero no decepcionarte.

A ver qué sucede.

junio 03, 2007

Cosas que me gustan

Me gusta empezar por algún lado cualquier cosa y luego botarlo todo como un niño.

Me gusta reír hasta que el estomago me duele.

Me gusta llorar aunque sea por una idiotez.

Me gusta pisar las hojas de otoño y cortar los dientes de león en las banquetas, saltar los charcos y salpicarme; caminar descalzo bajo la lluvia, las fogatas, la carne bien azada, los huevos con tocino, los buñuelos con miel y las coliflores, los hongos de comal con sal y el vino tinto.

Me gusta la cerveza y el tequila y el mezcal y el vodka, y el ron y mucho el whisky.

Me gusta guiñarle un ojo a los niños pequeños, hacerle ojitos a mi mama y pelar los ojos de asombro, porque sin asombro no me asombro, y eso me gusta sólo si estoy deprimido.

Me gustan las calles solitarias, más si estoy con una mujer.

Me gustan las mujeres que se ríen desparpajadas, que no se saben callar nada, que comen con ánimo de arriero y callan con dulzura de flor cerrada y corren como pingüinitos desolados y besan como si fuera la última vez. Y saben a dulce de chocolate y me gustan los chocolates también.

Me gustan los hombres que saben abrazarte, decir te amo, que se rompen la madre por una mujer, aunque ella diga que son machos, que no ven el reloj y siempre quieren otra copa y gritan como niños en el metro, que lloran cuando ven un par de piernas divinas y piensan que Brad Pitt es hermoso.

Me gusta la poesía aunque me da flojera.
Me gusta dormir mucho y soñar.
Hacer el amor en lugares raros.

Sacar libros de la biblioteca a escondidas y luego regresarlos.

Romper las nueces y comer las pepitas con cáscara.

Los cigarros y el labial, las estolas peludas de colores estridentes, las cortinas transparentes, el olor de los libros nuevos y el olor de mi abuela cuando la abrazo y también me gustan los abrazos, meter el dedo en narices ajenas, las axilas femeninas sin depilar, las azucenas blancas, los perros y los gatos, el olor a tierra húmeda, caminar en el bosque, la sangre de becerro, los días lluviosos, las madrugadas con camaradas, chocar y salir vivo y pensar en hacerlo de nuevo.

Me gusta gustarle a la gente, especialmente a las chicas, aunque casi nunca les gusto.

y ya.

junio 02, 2007

Foto de agosto del 81



Hoy he visto algunas fotos de antes, si ese niño pudiera hablarme seguramente diría: Qué diablos hiciste conmigo, yo no quería ser tú. Es duro mirarte al espejo después de verte así tan sentadito… qué te digo Zita.

Hola Zita:

Hoy me estreno en el asunto de los blogs y me siento extraño, eso de ser visto sin la más mínima posibilidad de defensa es bien peligroso, lo digo como si alguien aparte de ti fuera a visitar este aburrido mugrero. Bueno, tengo una sensación de viaje inesperado e incertidumbre de naufragios, igual habré de halar los remos (qué solemne) hasta ver a dónde llego. Ojalá me acompañes a ratitos.

 
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