julio 31, 2008

Un buen día

El fin pasado me encontré a un camarada de hace años. Me invitó a unos tragos a un prostíbulo a las afueras de la ciudad. Nunca había hecho el amor con una negra. No puedo creer que las líneas de un ser vivo puedan ser tan curvadas y las proporciones tan fantásticas, es imposible tanta perfección en algo que un día morirá.

El lunes salí en la bici y llegué a un lago que no conocía. El verde azul, la congoja de los juncos junto a los árboles quietos. La luz cansina tratando de mirar bajo las copas. Mi alma en santa paz. De regreso había tráfico. Salté y esquivé varias filas. Un auto enorme y nuevo estrellado y roto por la mitad. Dos niños. Él de unos 18; ella de unos 16. El pequeño bolso plateado tirado, abierto, el contenido desperdigado. La bola haciendo espectáculo de la presión sobre el azar. No podemos vivir sin detestar la lindad de nuestros aburridos destinos, tenemos que alargarlos y hasta morir en el intento.

El miércoles llegó una visita a casa. Yo dormía y soñaba con esa mujer que no conozco (qué patético soy) Y me despertó un golpe en la ventana. “Quién”, grité semiinconsciente, vi el reloj, las tres y media de la mañana. “Yo, ven acá”. “Espera”, le digo. “Apúrate que tengo frío”, dice. Voz de mujer. Me pongo los pantalones y unos tenis sin calcetas. Salgo y caigo en la cuenta de que es la ventana de la calle, abro la puerta de la calle, salgo a la calle, y la calle, la calle, la calle vacía. Se me crispan los pelos y entro, cierro la puerta, subo las escaleras, me acuesto.

Hoy despierto, suena el teléfono, contesto. “¿El señor Arg... Travije Romero y del Bosque (ese soy yo)?” Medio encabronado porque me despertó. “Sí, ¿quién lo busca?”, “Hablo de la fundación para las letras mexicanas...”. “Soy yo”. “Lo aceptamos como becario”. Silencio. “¿está ahí?”. “Aquí estoy”, digo atolondrado. Pues preséntese el lunes para los detalles”, cuelgo. Doy un salto y casi me estrello contra el techo y grito improperios jubilosos a dios, al destino, al espejo y a la nada. ¡Soy becarioooooooooooo!

No, no, no.

Temprano. Despertador. Baño. Desayuno. Transporte. Al trabajo. Transporte. Café y charla. Transporte. Bici. Comida. A veces una Peli. Libro. Dormir.

Y así más o menos día tras día.

Nada de prostíbulos ni escenarios de muerte o mujeres fantasmas y mucho menos becas.

A veces voy tomado de la baranda del metro e imagino cosas así, llego a casa y sé que fue un buen día, pero nada más.

1 vistazos por la ventana:

Aire dijo...

Días buenos esos que dan ganitas de soñar, de soñar con lo que ojalá siga..
Dias bonitos
Dias azules..
Dias de Horas Felices!!

 
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