agosto 26, 2008

La nave de los locos

Antes de Eduardo II fui a ver a los locos en su nave, que nada tienen que ver con Das Narrenschiff de Brant o El Bosco, por cierto. Recuerdo los diálogos de los locos, de algún modo, infantiles, chispeantes, casi puedes sentir como la energía de los personajes te pellizca las entrañas.

Recuerdo la fastuosidad en el gesto de Eduardo II antes de la batalla contra los pares en el Alarcón de la UNAM luego de ser el viejo tablón de un barco de locos.

Qué fortuna ver lo que la creatividad y el trabajo colectivo pueden hacer frente al teatro de “elite” en este país. Y qué rabia saber que los laureles no son de los hermosos sino sencillamente de los victoriosos.

He de ser honesto, el argumento de la nave de los locos es genial, sin embargo la estructura se disloca y empantana escenas que podrían resultar más hermosas por su verborrea y barroquismo de simbolismos y significaciones, incluso la transición entre escenas es forzada o de plano inexistente. Seguramente el director tiene algo que ver en eso, los directores generalmente tienen la culpa de todo.

En algún momento los personajes rompen la cuarta pared y crean satisfactoriamente la ilusión de una nave que va a las entrañas del infierno, se valen de artilugios sencillos para hacer parte del espectáculo, con verosimilitud, al espectador. Tiene sus detalles, pues, sin embargo es un trabajo que bien vale la pena ver.

Viernes, sábados y domingos. 12:00 hrs. (hasta el 13 de septiembre)
Foro "Contigo América" Arizona 156. col. Nápoles.



2 vistazos por la ventana:

*Biquie* dijo...

¿Y este comercial? Seguro te dieron algo ;)

caracol dijo...

no se lo compro, oiga

 
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