agosto 19, 2008

Santiago

Mi padre era un buen futbolista (eso dice él (y sus cuates que me cuentan que estuvo a punto de entrar en primera división con el Necaxa, pero un soplo en el corazón se lo impidió) bueno... para mi vale), Mi madre se subía hasta las copas de los árboles, árboles de diez metros de altura. Había un río (siempre hay un río en las historias de todos los papás o abuelos) donde iban a nadar o a pescar. Mi abuelo rompía las nubes de tormenta con un cuchillo y mi abuela tenía una amiga que tenía una comadre que tenia una hija que tenia una amiga que juraba que su madre tenía una hermana que era bruja y se quitaba los pies, en las noches, para volar hecha una bola de fuego por todo el pueblo (porque entonces mi pueblo sí era un pueblo). Las laderas del volcán estaban repletas de animales y árboles, los campos rebosaban de amaranto y maíz, el charro negro espantaba a mi abuelo sobre su caballo (obviamente negro). Mi abuela dice que ayudó a parir a Cuco Sánchez (¿quién se acuerda de ese tío y su cama de piedra y su cabecera también de piedra?). En la plaza hay un busto de un tal Quirino Mendoza que dice haber hecho la canción de Cielito lindo (luego me enteré que en la guerra de los Balcanes uno de los bandos entonaba esa canción como un ave de guerra y que en España hay una versión muymuy vieja). En fin que en mi pueblo viven los campeones mundiales de frontón, y su súper equipo los Dragones de Tu...o hicieron gira por China en los setenta de tan buenos que eran, cosa que vanagloria a los cincuentones. Hace tiempo se murió uno de esos míticos jugadores y el sepelio se llevó acabo en la cancha de fútbol del pueblo con cohetes, banda y porras. (Bla). En el centro hay casas que aún ostentan (incluso la iglesia) cuarteadas o golpes de bala de batallas entre carrancistas y zapatistas (es más, tengo amigos y hasta algún pariente que dice tener ancestros que fueron coroneles o generales de zapata (¿habrá tenido tantos?), de hecho se dice que mi abuelo era hijo bastardo de aquel psicópata Benjamín Argumedo, general de Villa (más Bla)...) Una vez entré a la casa del abuelo (que era historiador) de un amigo y estaba repleta de figurillas y vasijas, de esas que parecen de los puestos de afueritas del templo mayor, quesque eran de los Momoxcas, unos tíos que habitaban aquí y que fueron exterminados por los Mexicas porque no se dejaban someter. Luego llegaron los españoles y al grito de santiago se hicieron de este paraje, de alguien escuché que los españoles bautizaban como Santiago a todos los poblados que les costaba conquistar (pero hay muchos lugares santiagos por aquí y eso también me suena Bla)

Ahora no hay árboles de diez metros y mi padre hace tiempo dejó de jugar con los veteranos. El mentado río está entubado en pozos que abastecen de agua todo el sur de la ciudad, ya no hay animales ni maíz y casi todo el amaranto viene de Morelos. El campeón de frontón tiene más de cuarenta años y una divina panza de buda pulquero, los dragones ya no existen, el cielito lindo se canta por todas partes y aquí hacen coraje porque nadie dice que es de su súper nunca laureado y gran compositor Quirino. Yo me emociono porque me puse una farra con uno de los músicos de Silvio Rodríguez en una reunión de la tropa cósmica (pero la verdad es que nada más estaba ahí y ni crucé palabra con él y además nada tiene que ver con mi pueblo). Me gusta caminar por las calles de mi pueblo y que gente que no conozco me salude y luego me entere que son de mi familia, las tardes desde el volcán comiendo xoconoxtles robados viendo los lagos del sur y los edificios lejanos, cubiertos de una nata gris, del centro, que los abuelitos se sienten en sus zaguanes y se saluden con ese tonito tan típico de por aquí y critiquen a los más jovencitos: “Eh hijitio a dónde vas con esas naguas, mmm, pinchis pilcates... sin en mis tiempos, ah, que la re gran parió” (Bla) y se rían de los pseudo emos que rondan por ahí. Yo no tengo glorias que presumir (una vez me gane una medalla de bronce en un torneo de Tae Kwon Do regional ¿eso cuenta?)Y la verdad es que no me importa mucho. Me pregunto si algún día yo seré un abuelito y les contaré todas esas cosas a los chicos que quieren irse a jugar fútbol a los campos de olivo que hay junto al cementerio y que, dicen, sembraron los españoles hace 300 años los primeros (vaya) de América.

1 vistazos por la ventana:

caracol dijo...

santiago es mi nombre favorito en todo el mundo, me encantan los campos de olivo pero no el futbol, yo me acuerdo de cuco sanchez y la monedita de oro y si quieres ser abuelito, pos a ello, que al paso que vas, ni... bueno, ya sabes, tu.

 
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